jueves, 6 de mayo de 2010

Tendencias: Platón


Platón nació en el seno de una familia de la nobleza ateniense, en el año 427 a.C. Por su origen aristocrático, se vinculó con la vida política de Atenas desde su más temprana edad. Él mismo cuenta, en su Carta VII, que desde muy joven quiso intervenir en los asuntos públicos. Pero esta vocación política sufrió un duro golpe con la dictadura de los treinta, luego de la derrota ateniense frente a Esparta, y en especial con la injusta condena de su maestro Sócrates, acaecida durante un gobierno democrático: “Entonces [dice] me comenzó todo a dar vueltas con vértigo de náuseas, y llegué a la convicción de que todas las actuales constituciones de los pueblos son malas. Y me vi impelido a cultivar la auténtica filosofía, pues a ella hacía yo el honor de creer la fuente del saber para todo, maestra de lo que es bueno y justo tanto en la vida pública como en la vida privada. Nunca se verá la humanidad libre de los males que la aquejan, así pensaba yo, mientras no se hagan cargo de los negocios públicos los representantes de la verdadera y auténtica filosofía, o al menos mientras los investidos del poder público, llevados de un impulso divino, no se decidan a ocuparse seriamente en la verdadera filosofía.” (Hirschberger 1982)


Platón comprendió, aún siendo joven, que la educación del hombre, y en especial del gobernante, es el único camino para llegar a conformar una sociedad justa. Sólo quien vive en el diálogo directo con lo inteligible, quien se eleva de lo mudable y sensible a lo inmutable y eterno, posee la mirada profunda que necesita el hombre de Estado para conducir la sociedad real hacia la sociedad ideal. La política debe plasmar en la ciudad terrena el arquetipo que contempla en el mundo ideal, y la educación es el cincel que permite modelar la sociedad ideal en este mundo limitado por el devenir, el cambio y la materia.



La "auténtica filosofía" es, según Platón, la fuente del saber sobre lo que es bueno y justo, tanto en la vida privada como en la pública. En sintonía con esta distinción, el presente artículo aborda las ideas de Platón sobre educación desde dos perspectivas: en la primer parte, centrando la atención sobre el individuo, y en la segunda, destacando la dimensión política del hecho educativo.



Presumía que el ideal educativo lo constituían el buen equilibrio de belleza (moral, intelectual, movimientos, en los oficios). Platón unía el cuerpo y el alma, cree que son inseparables el uno de la otra, pero sin embargo critíca duramente el culto al cuerpo y el excesivo cuidado personal. De hecho el lugar donde se desarrollaba el pensamiento y la cultura era el gimnasio y en edades inferiores la palestra. Se oracticaba salto, disco, jabalina, solos, lucha, pugilato y pancracio.

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